sábado, 14 de mayo de 2016

Meriendas healthy - Porridge de Avena con Canela y Stevia

Bienvenidos al blog una vez más. Esta semana os voy a enseñar una receta muy fácil y sana que podéis elaborar para la merienda, una media mañana o, simplemente, cuando os apetezca.

Se trata de una especie de "porridge" inglés o, para que nos entendamos, gachas de avena. Recordemos que la avena tiene un gran poder saciante y ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, entre otras propiedades muy beneficiosas.

Para esta sencilla y nutritiva receta necesitaremos:

2-3 cucharadas soperas de avena.
1/4 de litro de leche (yo la utilizo semidesnatada sin lactosa).
1 sobrecito de Stevia (edulcorante de origen vegetal).
Canela en polvo (opcional).

Para elaborarla, simplemente pondremos la leche a hervir en un cazo y esperaremos a que esté a punto de hervir. En ese momento, bajaremos el fuego y añadiremos la avena. Removeremos constantemente hasta que se forme una pasta espesa, con una consistencia parecida a la de una papilla. Conforme más lo calentemos, más se espesará.
Vertimos la mezcla en un recipiente al gusto y, si queremos, espolvoreamos canela para decorar u acompañamos con fruta. 




Es una receta muy sencilla y fácil de preparar, así que os animo a que la pongáis en práctica cuando os apetezca ;)

También podéis probar receta similar a ésta, las Tortitas de Avena, que están riquísimas y son un desayuno muy completo.

¡Nos vemos pronto! Gracias por leerme. 


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viernes, 6 de mayo de 2016

Consejos para que estudiar no sea (tan) duro


¡Hola de nuevo!

Para bien o para mal, la temporada de exámenes se acerca y somos muchos los estudiantes que ya tenemos en mente las próximas fechas de evaluaciones, entrega de trabajos y controles.

And you know it

Como la tarea de estudiar no suele ser algo precisamente ameno y atractivo, hoy quiero enseñaros el método que yo sigo para que las horas bajo el flexo sean más productivas. Estos son los pasos a seguir:

1.- Encuentra tu motivación.

Ésto es fundamental. Ya sea un curso, un grado, un ciclo o una formación lo que estés cursando, es imprescindible que tengas muy claro por qué empezaste, hasta dónde quieres llegar y por qué. Ese motivo será el que te mantenga firme durante todo el proceso, haciendo que alcanzar tus objetivos sea mucho más fácil.

Fuente: Pinterest

2.- Organízate.

Tendrás que elaborar un plan de trabajo, pero es importante que sea un plan real. Es decir, que puedas compaginarlo con otras actividades diarias o semanales, y que tenga cabida perfectamente en tu ritmo de vida, pero recordando siempre que, especialmente en época de exámenes, las tareas relacionadas con el estudio deben ser una de tus prioridades.

Fuente: Laura Minimalia

No se trata de que abandones otras actividades por completo, sino de que adaptes y organices tu tiempo de forma que puedas abarcarlo todo. Si se diera el caso de que tuvieras que renunciar temporalmente a clases de yoga (por ejemplo) porque no tienes apenas tiempo para estudiar, no te sientas mal. En ocasiones, es mejor centrarse en unas pocas tareas y dar lo mejor de ti en cada una de ellas.

Para organizarme, utilizo:

  • Mi agenda. Se trata de una agenda escolar semanal con anillas, normal y corriente. Últimamente se lleva mucho la técnica del Bullet Journal, que también es una buena opción para optimizar tu tiempo de estudio.
  • Un calendario mensual. En este calendario apunto las fechas más importantes: las de los exámenes, entrega de trabajos y exposiciones. Así, me resulta más fácil tener el mes controlado y sólo es necesario echar un vistazo para acordarme de las actividades más próximas.

  • Colores. Subrayo con rotuladores fluorescentes las fechas y tareas más relevantes (exámenes, trabajos...), escribo en negro los nombres de las asignaturas y en azul el grueso de las actividades que tengo que realizar en cada una de ellas.
Fuente:: Sofía Alderete


3.- MI MÉTODO (ahora también es tuyo):

A la hora de estudiar, en el sentido estricto de la palabra y una vez metida en materia, estos son los pasos que sigo:

  1. Recopilo todos los apuntes de la asignatura que he obtenido asistiendo a clase y a través de las plataformas virtuales a las que los profesores han ido subiendo documentos relacionados con la materia.
  2. Una vez recopilados, ordeno los apuntes, los clasifico por temas poniéndoles clips y post its en la primera hoja, numero las páginas y escribo en la primera de ellas cuántas páginas tiene esa unidad.
Fuente: We heart it
3. Dependiendo del número de páginas de cada tema, hago un PLAN DE ESTUDIO. Por ejemplo, si me tengo que estudiar 4 temas y cada uno de ellos consta de, digamos, 20 páginas, y tengo seis semanas antes del examen, calculo que desde el día 1 de estudio me estudiaré 5 páginas diarias. Por lo tanto, en 4 días me habría estudiado 1 tema. Asimismo, en 16 días me habría estudiado los 4 temas. Siguiendo estrictamente este plan, en 16 días me habría estudiado todo el temario, y aún me quedaría todo un mes antes del examen. Sin embargo, como a la hora de estudiar intervienen muchos factores que hacen que no todos los días podamos darlo todo y estudiar el 100% de lo que habíamos previsto, imaginaremos que realmente tardaría unos 20-25 días en estudiármelo todo, casi un mes.

 Y, aún teniendo en cuenta los días improductivos, los días de imprevistos y los de descanso obligado, todavía me quedaría tiempo de sobra antes del examen para repasar todo el temario y resolver dudas, si las hubiera. Por todo lo que acabo de decir, es muy importante que el plan que hagáis sea REALISTA; cada día es diferente, y nuestra productividad no siempre es la misma. Descansa cuando te sientas muy saturado, tómate algún que otro día libre si, siendo sincero contigo mismo, ves que puedes permitírtelo, y no te obligues a estudiar a la fuerza cuando tu cuerpo (pero sobre todo tu mente) dicen basta. Hay temas que nos cuesta más estudiar que otros, y al igual que debemos exigirnos disciplina para alcanzar nuestros objetivos, también debemos ser comprensivos con nosotros mismos, ya que, al fin y al cabo, los que pasamos horas y horas hincando codos bajo flexo somos nosotros. Exígete, pero cuida de ti mismo.

Céntrate en estudiar. Sé que es duro, pero merecerá la pena.


4. Una vez elaborado el plan, comienzo a estudiar. El primer día, hago una primera lectura en la que subrayo con diferentes colores los contenidos de la unidad. Por ejemplo, resalto con el subrayador rosa fluorescente el título del tema y el de cada uno de los apartados principales. En amarillo subrayo los subtítulos, y en verde las palabras clave dentro de cada apartado. Con bolígrafos de punta fina (no sólo cambio el color, sino también el grosor del boli dependiendo del rango de importancia de cada apartado) subrayo el grueso del texto de la unidad.

5.Utilizo post-its grandes para apuntar información adicional al lado de los apartados que conviene completar. Por ejemplo, incluyo datos interesantes, la definición de un término o concepto, normas mnemotécnicas para aprenderme listados...

Fuente: We heart it


6. Asimismo, elaboro un índice en una hoja aparte en el que escribo el título de cada tema y SÓLO los apartados de los que consta cada uno de ellos, nada de contenido. Así, podré comprobar con un sólo vistazo cuánto ocupa cada tema e indicar cuántos apartados me he estudiado y cuántos me queda por estudiar, para tomar conciencia real del grueso del estudio y de mis progresos.

7. ¿CÓMO MEMORIZAR? Pues bien, una vez realizada la primera lectura y el subrayado, hago una segunda lectura de la unidad por apartados e intento comprender e interiorizar cada concepto. Memorizo las cuestiones más importantes y las repito en voz alta, sobre todo cuando se trata de asignaturas muy teóricas en las que me encuentro temario muy específico, en el que no hay cabida para la creatividad o la inventiva (lo contrario a lo que sucede en las asignaturas de Literatura, por ejemplo). Si un apartado me resulta especialmente difícil de memorizar, lo copio A MANO tantas veces como sea necesario hasta que se me quede. Mientras lo voy escribiendo, mi mente va asimilando los conceptos y, posteriormente, cuando lo repita en voz alta, me resultará mucho más fácil acordarme de ellos. Es una tarea algo tediosa, pero muy efectiva.

8.Al terminar de estudiar cada unidad, hago un repaso de la misma y realizo un mapa conceptual con los aspectos más importantes. Este mapa intento hacerlo sin mirar los apuntes, una vez que he hecho la primera ronda de estudio. Así, podré comprobar si realmente he asimilado el contenido del tema, y también me resultará una herramienta muy útil en rondas posteriores.
    Fuente: teenandstudying.tumblr.com

9. Realizo repasos desde la primera unidad cuando termino cada tema. Es decir, cuando finalizo el estudio del tema 3, por ejemplo, repito en voz alta ese tema y después hago lo mismo con el 1, el 2 y, de nuevo, con el 3. Y así sucesivamente. Para no quedarme afónica, intento intercalar los repasos mentales con los repasos en voz alta (suelo incidir en ellos en las cosas que más me cuesta memorizar, como las definiciones exactas y las listas y clasificaciones). 
Fuente: Blog de Gesvin


HERRAMIENTAS ÚTILES:

  • Vídeos explicativos, documentales, podcasts... Hay muchos de ellos en Internet que te pueden ser de gran ayuda para entender y memorizar una unidad. 
  • Pizarras. Ya sean de electrónicas (hay apps en la Appstore para tablets), de rotulador o las tradicionales de tiza, te ayudarán a realizar tus mapas conceptuales y a explicarte a ti mismo la lección mientras la visualizas.
Fuente: lj.libraryjournal.com

  • Aplicaciones para móvil y tablet. Las hay que bloquean el uso del teléfono durante intervalos de tiempo en los que deberemos resistir la tentación de consultar las redes sociales. Yo directamente lo apago, lo pongo en silencio o lo dejo en otra habitación distinta a aquélla en la que esté estudiando, pero apps como "Pomodoro" pueden resultarte efectivas.
Fuente: Imn8.us
"El método Pomodoro para sacarle el máximo partido al estudio:
25 minutos de trabajo duro
5 minutos de descanso
Cada tres descansos, uno ha de ser de 20 minutos de duración


Y RECUERDA...

  • Tú marcas tus propias reglas. Al fin y al cabo, el que verdaderamente se esfuerza y estudia eres tú. Si eres más productivo de día, estudia de día con luz natural. Si, por el contrario, te concentras más de noche, bajo la luz del flexo, hazlo de noche. Hay quienes lo hacen en silencio, otros toleran el ruido de fondo y algunos se ponen música para concentrarse en la tarea. Lo que sí es importante es que nadie te moleste, que tu escritorio esté lo más despejado y ordenado posible, que la habitación esté bien ventilada y que tengas muy claro que vas a pasar en ella unas cuantas horas.
Fuente: We heart it

  • La alimentación es importante. Hay quienes consumen muchas gominolas y bebidas energéticas durante el estudio. Es cierto que el azúcar que contienen puede ayudar a que la actividad cerebral sea más rápida, pero no te pases. No cometas excesos, y tómalas en pequeñas cantidades. Intenta consumir frutos secos (sobre todo nueces), fruta y beber mucha agua. Aunque la cafeína ayuda, prueba también el té y, por favor, no te pases con ninguno de ellos. Todo en exceso es malo.
Fuente: neuropsicologueando.com

  • Prémiate. No todo va a ser esfuerzo y sacrificio; reconoce y valora tus propios méritos, dedícate días de descanso y escucha a tu cuerpo, pero también a tu mente. Tú mejor que nadie sabrás cuándo parar, si es que lo necesitas.
Fuente: Playbuzz.com


Y sobre todo recuerda... Es duro, pero PUEDES HACERLO, y  te aseguro que merecerá la pena.

Fuente: Made from scratch


Si tienes alguna duda, consulta, sugerencia... lo que sea, me puedes escribir a bloggerellie@gmail.com. No soy la mejor estudiante del mundo, ni muchísimo menos, pero algo de experiencia sí que tengo en esto de hincar codos, y estaré encantada de ayudarte si lo necesitas :)

Espero que estos consejos te sirvan y que saques muy buenas notas en tus próximos exámenes. ¡Nos vemos pronto!



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viernes, 29 de abril de 2016

Mi experiencia con el consumo de lactosa



Fuente: Pinterest

Quizás todo lo que voy a decir a continuación pierda total credibilidad porque me acabo de comer un trozo de bizcocho de frutos secos que, ojo, "puede contener trazas de leche', pero la tentación es débil.

El caso es que hace un tiempo comencé a notar que la lactosa, ese "azúcar presente en la leche de los mamíferos, a la que comunica su sabor dulce", me sentaba mal. Lo notaba porque mis digestiones eran cada vez más lentas y pesadas. Creo que no es necesario enumerar todos los síntomas propios de una indigestión, pero todos sabemos que se trata de algo bastante molesto. Yo lo experimentaba cada vez que consumía algún producto de origen lácteo: leche, yogures, helados, queso, pasteles...

   
Fuente: We heart it


Al principio, ni siquiera llegué a pensar que los lácteos podían hacerme algún mal al estómago. Es más, estaba convencida de que mi aparato digestivo era delicado, y punto. Sin embargo, comencé a darme cuenta de que la gran mayoría de las veces que me dolía la barriga o me sentía demasiado hinchada había consumido un producto lácteo previamente. Extrañada, decidí someterme a una semana de prueba sin consumirlos, y los resultados me sorprendieron muuuy favorablemente:

  • Digestiones más rápidas e indoloras.
  • Desaparición de la sensación de hinchazón constante.
  • Mejora de mi acné.
En este último punto, el del acné, quiero deternerme brevemente, porque es uno de los que más me han llamado la atención. Antes de dejar de consumir lactosa, yo creía que mi piel grasa con tendencia acneica se debía a una cuestión puramente hormonal. Pero no. O bueno, puede que en parte sí, pero no os miento en absoluto si os digo que fue dejar de consumir lácteos, y el aspecto de mi piel mejoró notablemente:

  • Poros más cerrados.
  • Piel más lisa y suave, con menos imperfeciones.
  • Desaparición de la mayoría de mis granos y espinillas.
  • Disminución del sebo facial.
Fuente: Un 10 en Belleza Blog

Tanto es así, que los días en los que ingiero algún producto con lactosa, por poca cantidad que tenga, mi piel es la primera en notarlo. Tengo que aclarar que no me han realizado ninguna prueba médica que certifique que, en efecto, soy intolerante a la lactosa. Sin embargo, yo misma he podido comprobar que no es una sustancia que mi organismo termine de tolerar correctamente, pues los efectos nocivos que provoca en mi se hacen patentes tanto en mis digestiones como en el estado de mi piel.

No pretendo instar a nadie a dejar de consumir productos lácteos; cada quien es libre de tomar lo que prefiera. Simplemente, me llama la atención que cada vez seamos más las personas que experimentamos molestias al tomar lactosa; una crifra que está creciendo cada vez más y que puede llegar a ser alarmante con la cantidad de casos que se están diagnosticando últimamente. No sé si existirá algún tipo de base científica que corrobore que la lactosa puede ser potencialmente perjudicial para el organismo de los seres humanos, tan sólo estoy comentando mi experiencia personal por si a alguien le sucede lo mismo y necesita orientación al respecto.

Fuente: Pinterest


Por último, me gustaría decir que limitar la ingesta de productos lácteos no es el fin del mundo. Yo siempre he sido muy "fan" del queso, los yogures, los preparados lácteos y los dulces con leche. Cuando comencé a notar que no me sentaban bien, se me echó el mundo encima. "¿Y qué como yo ahora?", pensé. Sin embargo, la oferta alimentaria no está para nada limitada, al contrario. Cada vez son más los supermercados que ofrecen una amplia variedad de productos sin lactosa, aunque aún queda mucho por hacer para conseguir la total inclusión de estos productos en el mercado.

 Así, comencé a comer diariamente de la siguiente manera:

  • Sustituyendo la leche tradicional por leche sin lactosa. Además, existen leches vegetales en el mercado (de avena, de almendras, de soja...) que están muy bien, aunque como suele suceder con los productos sin lactosa, son algo más caras.
  • Limitando -que no eliminando por completo-  la ingesta de lactosa a pequeñas cantidades.
  • Aumentando el aporte de frutas, verduras, cereales y hortalizas en mis comidas diarias.
  • Reduciendo el consumo de salsas hechas a base de lácteos.
  • Preparando repostería casera a base de leche sin lactosa en lugar de comprar dulces y preparados de leche en los supermercados.
  • Ingiriendo una pastilla de "Nutira", un suplemento alimenticio, en ocasiones especiales en las que sé que voy a ingerir lactosa para que no me haga daño al estómago y la digestión sea más fácil.
  • Tomando conciencia de que los lácteos debían dejar de ser la base de mi alimentación; existen muchísimos más productos sanos y variados a nuestra disposición.
Fuente: blogfarmacia.com

Si quereís, puedo compartir algunas recetas de platos y postres sin lactosa que he ido creando y probando. Y recordad, cada cual es libre de elegir cómo alimentarse, pero merece la pena probar alternativas diferentes por el bien de nuestro cuerpo y de nuestra propia salud.


¡Nos vemos en la próxima entrada!

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sábado, 23 de abril de 2016

Mi Receta de Tortitas de Avena

¡Hola a todos!

Por la red circulan muchas recetas de las tortitas de avena que tan de moda se han puesto. Después de intentar hacerlas muchas veces, he dado con una receta rápida, sencilla y asequible que quizás no me permita hacer las tortitas más bonitas del mundo, pero sí algunas de las más fáciles de preparar en poco tiempo. Si queréis agilizar el proceso, lo ideal es que preparéis de una sola vez las tortitas que vais a consumir durante toda la semana.

Necesitaremos (para 8 - 10 tortitas):


  • Dos huevos.
  • 6 cucharadas soperas de copos de avena.
  • 1/2 litro de leche.
  • Un sobrecito o tres cucharadas de Stevia o sacarina.
  • Media cucharadita de canela en polvo (opcional).
  • Esencia de vainilla (opcional).
  • Media cucharadita de levadura en polvo (baking powder).




Preparación:

  1. Simplemente, mezclaremos todos los ingredientes en un bol con la ayuda de unas varillas manuales o una batidora.

  1.  A continuación, pondremos al fuego una sartén antiadherente (es muy importante que lo sea, de lo contrario, las tortitas se quemarán fácilmente). Podemos añadir un poco de margarina o aceite de girasol extendido con una servilleta para engrasar ligeramente la superficie. 
  2. Cuando esté bien caliente, añadiremos la mezcla de tortitas con ayuda de un cucharón y esperaremos hasta que aparezcan burbujitas. Ése será el momento idóneo para darles la vuelta con la ayuda de una espátula.
  3. Esperamos durante unos segundos a que se hagan por el otro lado y listo.

Podemos servirlas recién hechas, frías, o calentadas en el microondas. Para conservarlas mejor, recomiendo cubrirlas con papel de aluminio o meterlas en una fiambrera (porque sí, porque tupperware es demasiado mainstream). 



Las podemos acompañar con yogur desnatado, yogur de frutas, miel, frutas variadas, frutos rojos, frutos secos, mermelada sin azúcar... Además, por su bajo contenido calórico, su alto aporte proteico y su gran efecto saciante constituyen un desayuno completo si las tomamos junto a un café y/o zumo de frutas, para merendar, antes de hacer ejercicio...

Espero que os animéis a poner en práctica esta receta y que os sea de utilidad. ¡Hasta la próxima!




Cómo he redecorado mi habitación de forma asequible [Ideas Low Cost]

¡Hola de nuevo!

Una nueva estantería a base de papel pintado

Llevaba un tiempo queriendo transformar mi vieja estantería de madera, pero nunca encontraba el momento. Este verano, pese a las altas temperaturas, decidí que ya iba siendo hora de darle un aire completamente renovado para que combinara mejor con los colores de mi habitación.

Lamentablemente, no tengo una foto del "antes" pero, para que os hagáis una idea, la madera era de color claro y estaba lacada. Los cantos o embellecedores de los bordes eran de color dorado. Para reformarla, forré el interior con papel adhesivo plateado y el exterior y las baldas con un tono blanco marfil con motivos florales. Los cantos los pinté con pintura blanca con acabado mate, dándoles dos capas.

Los materiales que utilicé fueron:

  • 5 Rollos de papel adhesivo para decoración (3 euros por cada rollo de 2mx60cm).
  • Una lata de pintura blanca mate.
  • Un par de pinceles.
  • Un paño limpio.
  • Un producto para limpiar muebles.
  • Un metro.
  • Una regla.
  • Un lápiz.
  • Un cútter para retirar el exceso de papel.
Proceso:
  1. Para transformar vuestro mueble, primero limpiadlo bien y retirad cualquier exceso de polvo,
  2.  A continuación, podéis lijar un poco la madera para que el papel se adhiera mejor. 
  3. Seguidamente, medid cada una de las partes y trasladad esas medidas al papel adhesivo. En muchos casos, tendréis que acoplar correctamente las medidas para que todas las piezas encajen correctamente.
  4. Luego, id pegando cuidadosamente cada pliego de papel, retirando con sumo cuidado el papel protector y aplastando el adhesivo contra el mueble con la ayuda de un trapo para evitar la aparición de burbujas, Cuando más despacio lo hagáis, mejor.
  5. Una vez forrado todo el mueble, pasad el paño una última vez para repasarlo y listo.
Os aseguro que aunque el proceso pueda parecer algo tedioso, el resultado final es sorprendente, ya que nuestro mueble tendrá un aspecto totalmente distinto al que tenía anteriormente. ¿Os animáis?

Resultado final


Aquí tenéis varios ejemplos sacados de Pinterest:


Lisa P.


Vero Garrido

Coco Chic & Deco


Esmihobby Decoración


Espero que esta entrada os haya resultado útil y que os animéis a ponerla en práctica. El resultado merece la pena ;) Nos vemos pronto.







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