sábado, 10 de mayo de 2014

Los beneficios de la miel, el propóleo y la jalea real

La verdad es que la cosmética natural es un campo muy diverso que ofrece múltiples ventajas. Hasta hace relativamente poco tiempo no era muy aficionada a este tipo de productos, pero tras haber probado algunos de ellos, debo decir que me han sorprendido para bien por muchos motivos, principalmente por su economía, su accesibilidad y sus buenos resultados.
Dentro de estos productos, he descubierto la gama de los derivados del propóleo y la jalea real. En un principio, comencé a investigarlos por los problemas de acné que tengo. Aunque no se trata de un acné profundo, sí es cierto que tengo varias marcas en la piel del rostro nada favorecedoras. El propóleo es una sustancia que obtienen las abejas de las yemas de los árboles para construir sus paneles y sellar pequeños huecos, y es conocida sobre todo por sus propiedades regeneradoras. Los productos que he utilizado son los siguientes:



1.- Cápsulas de propóleo de Deliplús.

 Una amiga me recomendó comenzar a ingerir las cápsulas de propóleo e Deliplús (Mercadona). Vienen en paquetitos de 12 unidades, y su precio es de 4,95 euros aproximadamente. Las cápsulas se ingieren diariamente en ayunas, disueltas en agua o en cualquier otro fluido. Su sabor es un tanto extraño al principio, pero con el tiempo uno se habitúa a su dulzor. También se pueden echar en el café del desayuno o en un zumo, por ejemplo. Se supone que la ingesta de este producto reduce considerablemente la aparición del acné con una toma prolongada, pero lo cierto es que yo no noté grandes efectos. Si bien mi piel estaba algo más libre de acné, con marcas menos pronunciadas, lo cierto es que la mejoría no fue precisamente notable. Además, considero que para los bolsillos más desfavorecidos, como los de los estudiantes, 5 euros por 12 cápsulas no sale rentable. Sinceramente, compraría un producto más eficaz y duradero, aunque fuera algo más caro.

Sí es cierto que gracias a este producto me noté más enérgica, con más vitalidad, pero mi apetito aumentó considerablemente, y eso puede llegar a ser un problema cuando hay chocolate de por medio. Lo dicho, no está mal, pero me saldría más rentable invertir en un producto más eficaz.



2.- Jabón de propóleo.

Sin duda, el jabón de propóleo es uno de los grandes descubrimientos cosméticos que he hecho últimamente. Se trata de una pastilla de jabón normal y corriente, como las de toda la vida, cuyo precio ronda los tres euros. Lo podéis encontrar en cualquier herbolario o parafarmacia, incluso en la sección de perfumería de algunos grandes establecimientos. Este jabón limpia los poros y reduce el exceso de grasa. Además, no tiene nada que envidiarle a un limpiador mucho más caro, pues nutre la piel en profundidad y favorece la regeneración cutánea, lo que es muy beneficioso para la curación de granitos y marcas en la piel.

Sí es cierto que al ser mi piel mixta, me la reseca un poco después de su aplicación, pero no es nada que no se solucione utilizando tónico y una buena crema posteriormente.

Seguramente repetiré con este producto cuando se acabe, que debe de ser dentro de mucho, pues lo compré en febrero-marzo, y la pastilla apenas ha mermado a pesar de haberla utilizado diariamente, por la mañana y por la noche.




3.- Jalea Real.

Uno de los inconvenientes que me he encontrado con la llegada de la primavera es la temida astenia: a todas horas estás cansada, no tienes fuerzas ni para realizar las actividades más cotidianas, y ni siquiera durmiendo consigues que tu cansancio cese. Para cualquier persona este problema es bastante molesto, pero para un estudiante en época de exámenes, aún más. Cansada de complementos vitamínicos de farmacia, pregunté en un herbolario por algún remedio que me pudiera ayudar, y me recomendaron la jalea real. La verdad es que fueron varias las personas las que me habían hablado de ella con anterioridad, pero no me decidí a probarlo. La chica del herbolario me mostró un botecito de 30 gramos, que habría de conservarse en la nevera. Su precio era de unos diez-doce euros. Me recomendó ingerir unos dos mililitros diarios en ayunas, con una cucharita minúscula que venía con el bote. Me asombró la poca cantidad que era necesaria para aguantar todo un día, pero ella me aseguró que era más que suficiente y que a la larga notaría los resultados.


Esto ocurrió el 11 de abril. Ha pasado casi un mes, y debo decir que la dependienta tenía razón. Los primeros días no notaba ningún resultado, y comencé a sentirme mal por haber tirado el dinero y, sobre todo, por no haber encontrado una solución para mi cansancio, que cada vez era más extenuante. Sin embargo, con el tiempo comencé a notar mejoría. Ya no estaba tan cansada, y además, la ingesta del producto junto con la utilización del jabón de propóleo ha mejorado mi piel, aunque aún queda un largo trabajo por haber, pues conservo mis habituales marcas y me siguen apareciendo granitos con cierta frecuencia. Lo recomiendo altamente. 

La miel

La miel es uno de los productos más básicos que podemos encontrar en nuestra despensa, pero en ocasiones se convierte en uno de los grandes olvidados. La miel no sólo es un edulcorante natural, sino que además puede mejorar nuestro tránsito intestinal y aportarnos más energía diariamente. Digamos que esuna alternativa más económica a la jalea real, aunque sus efectos no son tan buenos como con el otro producto, claro está. Además, la miel tiene propiedades antisépticas. Es muy bueno tomar una cucharadita para reducir la tos, o hacer un preparado con dos cucharadas, zumo de limón y agua caliente cuando estamos resfriados para suavizar la garganta y descongestionarnos. Tomada con leche antes de ir a dormir, hará que conciliemos el sueño más rápida y profundamente, y además reduce el colesterol. No dudes en añadir una cucharadita a cualquier postre, o un yogur con frutos secos, al café...
Además, la miel es un producto altamente hidratante y nutritivo para la elaboración de productos de cosmética como mascarillas y cremas. Unas gotitas aplicadas sobre nuestros labios, previamente exfoliados, curarán las grietas que tengamos y prevendrán la aparición de pielecitas. Mezclada con aceite de almendras, obtendrás una mascarilla facial bastante nutritiva, y con avena la exfoliarás al mismo tiempo.



No dudes en beneficiarte de todos los recursos que la naturaleza sabiamente pone a tu alcance ;)

¡Nos vemos en la siguiente entrada!

Un beso enorme.



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